¿Cómo se relaciona la química con las ciencias forenses?

La ciencia forense es la aplicación de ciencias básicas y otras áreas de conocimiento para resolver asuntos legales. Se sustenta en conocimientos que provienen de la física, la química, la biología, la informática y la ingeniería.

Esta ciencia puede ayudar a los investigadores de escenas de crímenes a comprender cómo se producen los patrones de salpicaduras de sangre (física), por ejemplo; a aprender la composición y la fuente de evidencia, como los medicamentos y los materiales de rastreo (química); o hasta para determinar la identidad de un sospechoso-desconocido mediante el análisis de ADN (biología).

La ciencia forense desempeña un papel vital en el sistema de justicia penal, al proporcionar información con base científica. Esta se genera a través del análisis de evidencia física recopilada en la escena del crimen o a través de una persona. Además de jugar un papel importante en las investigaciones criminales, se usa también en la arqueología, la antropología, la astronomía, la biología y la geología.

Vamos a centrar nuestra investigación en conocer cuáles son los aportes de la química a la ciencia forense, la cual ayuda a descubrir información a partir de la evidencia física. Específicamente, se estudian elementos orgánicos y químicos, tales como residuos de sangre, ADN y pólvora.

En los casos criminales, los químicos analizan sustancias para intentar determinar cuándo y por quién fue cometido un crimen. En los casos civiles, los químicos ejecutan el análisis de ADN para autentificar productos valiosos o establecer relaciones filiales. Los científicos químicos también obtienen información relevante a través de otros procedimientos y protocolos de análisis.

La efectividad de las acciones de un laboratorio forense está muy relacionada con sus características. El sitio TechTarget muestra los principales pasos para lograr establecer un laboratorio forense efectivo.

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Análisis de sangre

Además de ser usado para identificar sospechosos dentro de un proceso de investigación, el contenido de sangre en una escena de crimen se puede evaluar para revelar la presencia de sustancias controladas. Para ello, un técnico debe hacer cromatografía.

Según explica la Encyclopedia Britannica, la cromatografía es una técnica que ayuda a separar los componentes o solutos de una mezcla, con base en las cantidades relativas de cada soluto distribuido entre una corriente de fluido en movimiento. Posteriormente, un químico determinaría el nivel de sustancias tóxicas, como alcohol o medicamentos, que pudieran haber afectado las acciones del sospechoso.

En este caso, las sustancias controladas (que se encuentra a través de una cromatografía) tienen un potencial de abuso legalmente reconocido. Incluyen drogas ilegales como la heroína o el éxtasis pero también medicamentos recetados como la oxicodona.

Detectar e identificar sustancias controladas es un paso crítico en la lucha de la policía contra el crimen, ya que estas sustancias generan violencia y situaciones criminales complejas.

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Ciencias forenses de ADN en casos criminales

Las ciencias forenses de ADN permiten en casos criminales identificar el ADN de un individuo a partir de células corporales. Criminalistas forenses recogen evidencia dejada en la escena del crimen: huellas digitales, células de la piel, cabello, semen y sangre. El FBI usa con frecuencia el análisis STR (Secuencias cortas de nucleótidos repetidas en tándem, por sus siglas en inglés) para estos casos.

Para este análisis, los químicos toman muestras de ADN de diferentes áreas en la escena del crimen, usando tarjetas FTA. Estas muestras son comparadas con los perfiles de ADN que se tienen de las personas, en bases de datos. Dicha base de datos, llamada CODIS (Combined DNA Index System), permite identificar sospechosos rápidamente mediante la comparación de los perfiles.

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Ciencias forenses de ADN en casos civiles

Las ciencias forenses de ADN son usadas en los casos civiles para reconocer fraudes, falsificaciones o negligencia. Por ejemplo, se colocaron hebras de ADN sintético en los balones utilizados en el Súper Tazón XXXIV del año 2000; esta fue una estrategia para evitar la creciente oleada de fraude en la comercialización de recuerdos deportivos.

Además, las ciencias forenses de ADN se usan para identificar la pureza y contenido de los alimentos, agua y medicamentos, a fin de asegurar que cumplen con los estándares legales requeridos y dar cuenta de los niveles de calidad.

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Análisis de armas de fuego

La química se usa a menudo para analizar crímenes que involucran armas de fuego, ya que ayuda a identificar balas y residuos recuperados. Por ejemplo, un científico forense examinará las manos y ropa de un sospechoso con una luz infrarroja, para buscar residuos de pólvora.

Si el residuo coincide con el de la bala encontrada en la víctima, existe evidencia de que el sospechoso disparó recientemente un arma de fuego, responsable de lastimar a la víctima. Si no se encuentran residuos de pólvora en el sospechoso, no podría culparse.

El análisis químico de la bala también revelará otro tipo de información como el tipo de arma de fuego usada o cuándo fue disparada.

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ADN mitocondrial

Para eventos recientes, el análisis forense usa ADN nuclear para identificar coincidencias. Sin embargo, con el tiempo este material nuclear se deteriora, por lo que es necesario probar otras partes de la célula. El análisis de ADN mitocondrial (mtDNA) se usa para encontrar coincidencias en crímenes sin resolver de años anteriores.

El mtDNA también puede usarse para resolver reclamos y disputas. Por ejemplo, ayuda a identificar personas fallecidas desde hace mucho tiempo, en avanzado estado de descomposición o sin información de parentescos conocidos.

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