Cómo reconocer la diferencia entre el oro y la pirita

Si no quieres pasar por tonto, descubre con nosotros la diferencia entre el oro y la pirita. Brillante, dorado, eterno y muy apreciado, son adjetivos para describir al oro verdadero, pero ¿Qué hay del oro de tontos o la pirita? Es un poco brillante, no es del todo dorada, ni eterna y para nada apreciada.

Pese a ello, la pirita y el oro verdadero se han confundido uno por el otro. A primera vista podría parecer que comparten algunas pocas características similares, pero al inspeccionarlos de cerca se verá que son muy diferentes. Hay unas pocas pruebas que puedes realizar para demostrar si has encontrado oro verdadero u oro de tontos.

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La pirita es un compuesto formado por átomos de azufre y hierro, recibe el nombre químico de sulfuro de hierro y su fórmula es FeS.

De acuerdo con el diario argentino El Tribuno, el término “pirita” viene del antiguo “pyros”, que significa “fuego”. Y es que la pirita desprende chispas al ser golpeada con un trozo de hierro o acero, por su dureza y es algo que la diferencia mucho del oro verdadero.

El oro tiene una dureza Mohs de 2.5, por su parte, la dureza Mohs de la pirita es de 6.5; un trozo de oro no es capaz de rallar ni siquiera al cobre o bronce, pero la pirita puede rallar a la mayoría de metales.

Por esa razón la pirita u oro de tontos desprende chispas al contacto brusco con hierro. Por ello se usaba en rifles y armas antiguas para provocar la chispa que encendiera a la pólvora y provocara el disparo.

Ahora bien, el término "oro de los tontos" se creó durante la fiebre del oro de la década de 1879 en Estados Unidos.

En ese momento, muchos buscadores de oro se dirigían al oeste para encontrar oro y volverse ricos. Lamentablemente, muchos fueron engañados por la pirita de hierro.

Pensando que habían encontrado una mina de oro, muchos novatos consideraron que el mineral era oro verdadero, y se sentían como tontos cuando se enteraron de la verdad, de allí el nombre "el oro de los tontos".

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La Universidad de Santa Bárbara en California nos aclara que aunque ligeramente parecidos a simple vista, la pirita y el oro verdadero guardan muchas diferencias, en síntesis, la pirita es menos densa, más dura, responde de manera diferente al calor y tiene un color diferente al del oro. Veamos.

1.- La Pirita tiene mal olor

La pirita tiene mal olor, parecido al huevo podrido, éste se acentúa si calientas la piedra o mineral encontrado, pues recuerda que es un compuesto de azufre y éste se libera con el aumento de temperatura. El oro verdadero no tiene olor.

Incluso si resuelves que es pirita de hierro, no te apures a botarlo: a veces la pirita puede contener pequeños trozos de oro. Es un tipo de pirita se la denomina pirita aurífera.

2.- Aspecto físico del oro y de la pirita

Geology.com, nos ayuda un poco a reconocer la pirita del oro verdadero. Nos dice que la pirita aunque posee un lustre similar al oro, en la mayoría de los casos tiene manchas en la superficie. El oro es muy brillante y sin manchas o cambios de tonalidad.

El color del oro verdadero es dorado amarillento, como el de un canario, la pirita por su parte es un dorado que tiende a verse como el latón. La diferencia salta a la vista al ponerlos juntos.

Cuando encuentres una piedra que pueda parecer oro, mira muy bien su aspecto: si ves una cantidad grande de cristales de forma de piezas angulares, caras de un cubo, octaedro o piritoedro, se trata de pirita.

El oro verdadero, por lo general, no forma cristales y tiene bordes ligeramente redondeados, aunque no es frecuente algunas formaciones auríferas pueden tener forma de cristal.

La pirita forma estrías, es decir, finas arrugas o líneas paralelas a sus caras, una pepita de oro no tiene estrías.

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3.- Características del oro: Ductilidad y maleabilidad

Uno de los motivos por los cuales el oro verdadero ha sido tan valioso en toda la historia es su elevada maleabilidad y su ductilidad.

Con el mineral del oro fácilmente se pueden hacer alhajas, moneda, joyas y otros artículos. Por otra parte, el oro de los tontos, es frágil y tiene poca maleabilidad.

Los buscadores de oro del siglo XIX probaban la maleabilidad de los minerales que encontraban mordiendo las pepitas que pensaban que podían ser de oro. Si los dientes que daban marcados, entonces era oro.

Hoy día, sería más sano traer un martillo y golpear firmemente cualquier pepita de oro sospechosa. Si se aplasta o se expande, es oro genuino. La pirita simplemente se romperá en pedazos o no se deformará en absoluto.