¿Qué pasa con tu deuda si sales del país?

Aunque no debes irte del país porque tienes una deuda, hay momentos en que no lo puedes evitar. Por ejemplo, si tu trabajo te lleva fuera del país y has acumulado una deuda, la situación es inevitable. Qué hacer al respecto depende de ti, pero tienes varias opciones.

Tienes la opción de seguir pagando la deuda, por supuesto. Si decides que quieres honrar tu acuerdo con los prestamistas, sólo tienes que contactarlos y explicarles la situación. En algunos casos, van a trabajar contigo para crear otra cuenta bancaria que puedas utilizar solamente para pagar la deuda. Sin embargo, esto no siempre funciona, especialmente si el país al que te estás mudando no tiene el mejor sistema bancario. Si tu nuevo país de residencia no tiene esa opción disponible, puede que tengas que establecer una cuenta de banco con amigos o familiares para manejar la deuda.

Si decides no pagar tu deuda, debes tener en cuenta las ramificaciones. Si bien puede que no pienses que alguna vez vas a volver a los Estados Unidos, pero las circunstancias pueden cambiar, obligándote a regresar. Si regresas, probablemente habrás arruinado tu crédito. Sin embargo, si decides que es la ruta que vas a tomar, debes cerrar tus cuentas bancarias que se encuentran dentro de los Estados Unidos. De esta manera, si hay un fallo en tu contra, estas no pueden ser tocadas.

Incluso si te mudas fuera del país, el prestamista puede solicitar un juicio en tu contra. Aunque es posible que te hayas trasladado a Singapur, por ejemplo, si la deuda se contrajo en el estado de Nueva York, el prestamista puede presentar una demanda en un tribunal de Nueva York. Si no te presentas y el tribunal falla a favor de la entidad crediticia, los activos restantes pueden ser embargados. Además, si la empresa donde trabajas es estadounidense y hay una sentencia en contra tuya, puedes encontrar tu sueldo embargado.

Si dejas el país y debes dinero, las probabilidades están en tu favor de que el prestamista no irá detrás de ti por la deuda. Hay dos razones para esto. La primera es que no hay tratados en los que puedan obligarte a cumplir con la deuda. Si un tribunal local en el país decide que quiere trabajar con el prestamista, eso es otro asunto ya que podrías ser objeto de las leyes locales. La segunda razón por la que una empresa no va a seguirte es que, en la mayoría de los casos, sería simplemente demasiado caro perseguir una deuda en un país extranjero.