¿Cómo pueden manejar el dinero los no videntes?

Cada día, los no videntes y las personas con problemas visuales deben enfrentar situaciones que quienes podemos ver no tenemos en cuenta. Imagina que vas al supermercado y tienes que seleccionar los billetes que le entregarás al cajero. En lo que respecta a la sociedad y las actividades del mundo de los videntes, los ciegos se encuentran en desventaja ante el manejo de los billetes y las monedas.

Una de las formas con la que cuentan los no videntes para identificar el dinero es doblar cada valor de un modo diferente. Por ejemplo, los billetes de un dólar pueden permanecer estirados dentro de la billetera. De acuerdo con la Fundación Norteamericana para Ciegos, la recomendación para identificar el dinero es doblar longitudinalmente los billetes de cinco dólares. Doblar a lo ancho los de diez dólares y los de veinte en dos veces: una vez a lo largo y otra a lo ancho. De este modo, pueden identificar fácilmente el dinero al tacto. Además, existen billeteras con diferentes compartimentos para cada valor.

Por sus diferentes tamaños, las monedas son más fáciles de identificar que los billetes. Las monedas de diez centavos son las más pequeñas y tienen relieves en toda su circunferencia. Las de cincuenta centavos son las más grandes y también cuentan con relieves. Las de veinticinco las siguen en tamaño, luego las de cinco y un centavo. Si la persona no vidente puede comprender el sistema Braille, sus dedos son más sensitivos que los de aquellos que podemos ver con normalidad, lo que hace que el reconocimiento sea mucho más sencillo. Las caras de las monedas también son lo suficientemente diferentes como para que una persona con problemas visuales pueda identificarlas sin problemas.

Según lo establece el sitio web de apoyo a los ciegos "It's Our Money Too" ("También es nuestro dinero"), existe un lector de dinero que funciona de manera similar a una máquina expendedora. Insertas un billete y la máquina indica su valor correspondiente. Al igual que una máquina expendedora, el lector es sensitivo y, si la persona inserta el billete del modo incorrecto, el dispositivo no será capaz de leer su valor. Además, si los billetes están arrugados o rotos, la máquina no podrá identificarlos apropiadamente. Estos aparatos cuestan aproximadamente U$S250 y no siempre son portátiles debido a su tamaño. De las cuatro formas posibles en las que se pueden insertar los billetes, la máquina sólo es capaz de leer los que están boca arriba con el valor orientado hacia un lugar específico.

De acuerdo con un artículo publicado en el New York Times, en 2008, un Tribunal Federal de Apelaciones dictaminó que el papel moneda actual era discriminatorio debido a su textura, forma y tamaño uniformes. Un proyecto para cambiar el tamaño, y posiblemente el color, de los billetes estadounidenses puede llegar a la Corte Suprema. Los cambios en la textura y el color de la moneda podrían representar un avance extraordinario para aquellos que no son completamente ciegos y tienen la habilidad de identificar el color. Los ancianos podrían verse beneficiados con estos cambios en el diseño del dinero, ya que sus problemas visuales se intensifican con la edad.