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Enfoque científico de la teoría del liderazgo
Si bien hay varias definiciones de liderazgo que se usan, el liderazgo en general se puede definir como "un proceso mediante el cual una persona influye en un grupo de individuos para lograr un objetivo común" (BeALeader.net, Peter Northouse, 2004). La sociedad durante mucho tiempo ha discutido sobre si los líderes nacen o se hacen. Los defensores de la teoría científica de liderazgo creen que los líderes se pueden desarrollar con entrenamiento. Éste puede consistir en una combinación de proceso de entrenamiento de liderazgo, desarrollo de habilidades, exposición a equipos de liderazgo y fomento decidido de los rasgos de liderazgo natural.
Un siglo de pensamiento en relación al enfoque científico para el liderazgo
Desde el año 1900, decenas de estudios se han realizado tratando de evaluar la combinación adecuada de habilidades y características necesarias para producir al líder óptimo. Los primeros estudios tendían a tratar de identificar las características específicas de los líderes, que se suponía eran innatas. La siguiente etapa del estudio científico se centró en los comportamientos específicos o en las habilidades requeridas de los líderes, como la escucha activa o la capacidad de reunir seguidores dispuestos. Esto fue seguido por más investigación científica para tratar de vincular a los líderes con su época, y a los líderes con su crianza (en oposición a su naturaleza innata). Por último, las teorías comenzaron a concentrarse en el proceso lineal de convertir a personas normales en líderes entrenados.
Rasgo de liderazgo y liderazgo situacional
Durante la primera mitad del siglo XX, la teoría del liderazgo estuvo dominada por una fijación en los rasgos humanos compartidos por los grandes líderes mundiales de la política, la religión y de los movimientos sociales, eran las llamadas "teorías del gran hombre". De acuerdo con esta teoría, los líderes nacían así y no necesariamente se desarrollaban para convertirse en eso. A mediados de siglo se unió a esto la "teoría del liderazgo situacional", que conectaba el surgimiento de un líder con el hecho de que sus talentos se ajustaban a los desafíos de su época. Un ejemplo clave fue el de Winston Churchill y su postura en contra de la Alemania nazi de Hitler.
Última teoría del liderazgo del siglo XX
La idea de que los rasgos innatos o las circunstancias específicas producían líderes fue cuestionada en 1948 por el Dr. Ralph Melvin Stogdill. En base a su revisión de más de 124 estudios de liderazgo que se remontan a 1904, declaró que "una persona no se convierte en un líder en virtud de la posesión de una cierta combinación de rasgos" (BeALeader, Stogdill, 1948). Sin embargo, casi 30 años después, él mismo doctor analizó otros 163 estudios realizados entre 1948 y 1970 y se desdijo. Había, concluyó, un vínculo entre los rasgos innatos de la persona y su dominio de un grupo.
Los últimos 20 años del siglo XX vieron un crecimiento dramático del concepto de liderazgo de equipos, que valoraba no sólo los rasgos innatos de la persona sino también el desarrollo cooperativo en las personas con habilidades de liderazgo. La teoría del equipo de liderazgo incluye el liderazgo transaccional y transformacional del equipo. El liderazgo transaccional se centra en la creación de estructuras claras y sistemas, mientras que el liderazgo transformacional se basa en la visión y la inspiración de un líder entusiasta. Ambas teorías se centran en la eficacia de la interacción humana, a diferencia del énfasis de principios del siglo en una jerarquía de liderazgo.
El proceso liderazgo y la enseñanza a personas para convertirlas en líderes
Desde 1970, el concepto del proceso de liderazgo se ha sostenido de modo firme, ayudado en gran parte por el enorme crecimiento de los programas de postgrado en administración de empresas. En base a la tendencia estadounidense en creer que cualquier persona dispuesta a trabajar lo suficientemente duro puede llegar a la cima, la teoría del proceso de liderazgo se basa en el concepto de que a las personas se les puede enseñar el modo de ser líderes. Hay algo de verdad en esto, ya que muchos aspectos de la toma del liderazgo como la toma de decisiones frente a la incertidumbre, la obtención de los datos duros sobre los cuales fundamentar una recomendación, el establecimiento de un proceso mediante el cual tomar decisiones, y mantener el control de calidad del funcionamiento, pueden ser enseñados.
Las decisiones que un líder toma determinan la efectividad del líder. Si bien las habilidades se pueden enseñar, el enseñar cómo y cuándo se aplican las técnicas le agrega arte a la ciencia de la teoría del liderazgo.