¿Qué es el dinero sin marcar?

En las películas de robos a bancos se suele escuchar que los criminales piden dinero o billetes sin marcar. Lo hacen para que el dinero robado no resurja en alguna investigación que pueda perjudicarlos, ya que estos billetes tienen las mismas características de un billete recién impreso, por lo que las autoridades no podrían saber dónde ha sido gastado y hacia donde han huido los criminales.

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El dinero marcado no siempre luce diferente que el que no lo está, de modo que es complicado notar la diferencia. Los elementos de marcado suelen ser sellos de tinta invisible, palabras escondidas, líneas impresas, marcas luminiscentes y sellos que pasan desapercibido al ojo común. Aunque la implementación de esta medida nos puede parecer coherente y eficaz, el marcado de billetes no ocurre en todos los países, incluso hay algunos donde las leyes no lo permiten.

Por ejemplo, en Perú las agencias de cambio incluyen un tampón que distingue los billetes verdaderos de los falsos, permitiendo así que los ciudadanos que reciben billetes sin este sello puedan demostrar quién les entregó la moneda falsa, y luego puedan recibir a cambio dinero de curso legal.

Los billetes sin marcar llevan números de serie, como el dinero marcado. Sin embargo, estos números no son secuenciales. Debido a esto no es posible que alguien simplemente escriba el número de serie del primer billete y del último, y que conozca de este modo los otros billetes presentes. Por tal motivo, los billetes sin marcar no tienen marcas distintivas, como una palabra o una línea impresa en ellos.

Hay varias formas en las que pueden marcarse los billetes. Pueden ser números de serie secuenciales. De modo que en una pila el primer billete puede tener un número de serie que termina en cinco, el siguiente uno que termina en seis, y así en adelante. Lo que marca este dinero es que alguien ha tomado nota de los números de serie del comienzo y del final, sin embargo este método es el menos efectivo.

Otras formas de marcar el dinero incluyen hacer una marca en los billetes. Por ejemplo, un billete puede decir "Prueba" en él o simplemente tener una línea que lo atraviese. El propósito de "marcar" el dinero es rastrearlo. A menudo, las agencias de las fuerzas de la ley proporcionan a criminales dinero marcado para poder rastrear cómo se usa el dinero, o en qué manos termina.

Por ejemplo, el ladrón de bancos consiguió billetes marcados antes de desaparecer horas después. Si esos billetes aparecieran en otra ciudad, las fuerzas de la ley podrían deducir que el criminal está probablemente en ese lugar gastando su botín. El dinero marcado con una tinta especial también está marcado. Lo que la policía hará será rastrear el efectivo y luego hacerlo inutilizable.

Exiten otros métodos para evitar robos. El diario El Nacional de República Dominica reseñó una investigación sobre corrupción entre empleados públicos. Un fiscal de Villa Altagracia aceptó sobornos de un funcionario al que se le había dado billetes marcados. El dinero entregado era el pago para obtener la libertad de unos criminales que cumplían condenado en la cárcel de Najayo, y por supuesto, la operación se había hecho en efectivo para pasar desapercibido a las autoridades bancarias.

Junto al fiscal también estuvo involucrado un teniente, quien obtuvo una parte de los 45 mil pesos que pagarían la libertad de los delincuentes. De esta forma, el gobierno dominicano pudo actuar a tiempo para detectar el acto de corrupción y enviar un mensaje contundente a los criminales que aún no han sido capturados.

Otra forma de marcar billetes es mediante el uso de bombas de tinta. Noticaribe de México menciona que el Banco Santander de una ciudad mexicana había colocado este dispositivo en varios de sus cajeros automáticos. Apenas los delincuentes intentaban forzar su paso en el mecanismo del cajero, se activó un artefacto que derramó un líquido que mancha los billetes, y además haciendo una explosión que se escuchó en el área.

Esta tecnología antirrobo asegura que los ladrones no puedan llevarse los billetes, ya que se consideraría que los manchados con esta pintura están marcados y alguien tendría que denunciarlos apenas viese el dinero, mientras que la mancha invasiva les resta valor, como si se tratasen de billetes rotos. La reseña comenta además que durante ese año se cometieron 17 robos de cajeros automáticos con pérdidas por encima de 20 millones de pesos, mientras que en 6 de esos casos pudo evitarse el hurto gracias a la policía, siendo la bomba de tinta la verdadera heroína en 2 oportunidades.

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