Diferencias entre las ventajas comparativas y absolutas en un mercado global

La gran ventaja de los mercados globales es la posibilidad de lograr intercambios comerciales optimizando costos. La participación de múltiples países ofrece la oportunidad de alcanzar las mejores condiciones para quienes participan. El desempeño exitoso de un país requiere conocimiento certero sobre su capacidad para producir y comercializar bienes o servicios.

Adam Smith fue el primer economista que expuso la necesidad que tienen los países de evaluar su potencial económico. Su libro, Investigación sobre la naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones, describe los primeros conceptos económicos. Smith argumenta que los países deben especializarse en producir bienes o comerciarlos, según sus capacidades y nivel de desempeño.

Smith propone la especialización en manufactura así como el comercio internacional. Ambos procesos dirigidos al aprovechamiento de las ventajas absolutas. Por ejemplo, Inglaterra es eficiente produciendo textiles y España puede producir más vino por hora laboral. El análisis global sugiere que la recomendación sería que Inglaterra exporte textiles e importe vino.

Sin embargo, a principios del siglo XIX el economista británico David Ricardo propuso el concepto de ventaja comparativa. El sitio Web MisesInstitute.org describe en detalle los principales conceptos de David Ricardo. Este prominente economista logró que se expusieran con claridad los beneficios reales del comercio internacional.

Investopedia.com establece que el comercio internacional es el intercambio de capital, bienes y servicios más allá de las fronteras de cada país. Las ventajas comparativas determinan ¿cómo? y ¿por qué? las naciones asignan recursos limitados para producir bienes particulares.

Ricardo, con base en un ensayo de Robert Torrens mostró la forma cómo las naciones pueden beneficiarse del comercio internacional. Aún cuando una de ella tuviera una ventaja absoluta para la producción de todos los bienes. En otras palabras, aunque un país sea más productivo que otro, las transacciones comerciales permiten gestionar sus costos de oportunidad.

Ricardo argumentó que un país no debe especializarse en aquellos bienes que produce a un nivel de costo más alto. Sino en aquellos bienes que puede producir con un menor costo de oportunidad.

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Consideremos una situación hipotética respecto a niveles de producción y tasas de producción de dos productos distintos. Supongamos que Estados Unidos puede producir 100 televisores o 50 autos, China puede producir 50 televisores o 10 autos. Estas cifras indican que los Estados Unidos son mejores en la producción de ambos en un sentido absoluto.

Sin embargo, China es mejor en la producción de televisores porque puede producir cinco televisores por cada auto que fabrica. Mientras que Estados Unidos sólo produce dos televisores por cada auto ensamblado. La ventaja comparativa conduce a más ingresos para los países.

Las restricciones al comercio en forma de aranceles o cuotas sesgan las ventajas comparativas, afectando las cuotas de importación. Resultando que los productos importados se vuelven más costosos y los recursos se desperdician en actividades que no agregan valor.

Aunque no es económicamente viable para un país importar todos los alimentos necesarios para mantener a su población. La diversidad de alimentos que produce un país dependerá del clima, la topografía y el desarrollo de cada región. La diferenciación entre las capacidades de cada nación para producir bienes eficientemente es la base del concepto de ventaja absoluta.

Si Japón y Estados Unidos pueden producir automóviles, pero Japón los fabrica de mayor calidad a un ritmo más rápido. Se dice que tiene una ventaja absoluta en la industria automotriz. La ventaja absoluta de un país en una industria desempeña un papel crucial en los tipos de bienes a producir.

En este ejemplo, es más útil para Estados Unidos dedicar recursos a otro sector donde tiene ventaja absoluta. En lugar de intentar competir con la industria automotriz japonesa que es más eficiente. El concepto de productividad y cuota de producción permite apreciar y cuantificar estas ventajas.

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Los economistas denominan especialización a la habilidad productiva lograda por la repetición enfocada en producir un bien o servicio. Un país se especializa cuando sus ciudadanos o empresas concentran sus esfuerzos laborales en una variedad relativamente limitada de bienes.

Históricamente, la especialización surgió como resultado de diferentes preferencias culturales y disponibilidad de recursos naturales. La limitación de recursos, provoca la especialización en la producción de un bien particular a partir de ventajas comparativas. Las naciones deben elegir entre diferentes combinaciones de productos y decidir lo deseable entre sus posibilidades de producción.

En teoría, el comercio internacional permite que las naciones participantes consuman más y estén mejor que produciendo y consumiendo solas. Mientras que la ventaja absoluta se refiere a las capacidades de producción superiores de una nación frente a otra. La ventaja comparativa se basa en el concepto de costo de oportunidad.

El costo de oportunidad son aquellos ingresos o beneficios no percibidos cuando no elegimos la mejor alternativa posible. Considerando recursos limitados (generalmente dinero y tiempo), este término se define como “el valor de la mejor opción no seleccionada”.

La ventaja comparativa de una nación se deriva de un costo de oportunidad más bajo para producir un bien particular. Una ventaja absoluta significa que una nación puede producir un bien específico más eficientemente. Mientras que una ventaja comparativa significa que las naciones sacrifican menos de otros productos cuando se produce ese producto específico.

A pesar de esto, la ventaja comparativa es más importante que la ventaja absoluta porque las naciones lo utilizan para decidir en cual rubro se especializan.