Negocios
Define el pensamiento proactivo versus el reactivo
En los negocios y en la vida, el éxito a menudo se ve determinado por cómo una persona piensa las cosas. Un pensador reactivo puede batallar crisis tras crisis, pero uno proactivo parece tener todo resuelto de antemano y puede lidiar mejor con las dificultades que la vida le arroja. A menudo una persona parece extraordinariamente afortunada en la vida y en los negocios, pero esta suerte puede ser rastreada hasta la previsión y visión que son el sello distintivo de un buen pensamiento proactivo.
Definición de pensamiento reactivo
El pensamiento reactivo es un pensamiento a base de crisis, formulando soluciones después de que los problemas se desarrollan. El pensamiento reactivo responde a la situación. Un pensador reactivo a menudo dedica mucho de su tiempo a apagar fuegos y es fácilmente sorprendido por las circunstancias. Un pensador reactivo motivado por la crisis puede ser más susceptible a sentir estrés.
Definición de pensamiento proactivo
El pensamiento proactivo, por otro lado, involucra previsión. Ser proactivo significa pensar hacia el futuro, anticipando cambios o problemas venideros. Significa cubrir las propias bases para incluir todos los escenarios posibles. Un pensador proactivo tendrá varias contingencias en mente y ve la posibilidad de crisis antes de que sucedan.
Reactivo en la vida real
Una persona que vive de cheque a cheque puede ser un pensador reactivo. Se mantiene en equilibrio, enfrentando las crisis a medida que surgen. En los negocios, un pensador reactivo enfrenta una crisis financiera o de personal y lidia con ella en el momento. Establecer un plan puede tener poco que ver con el pensamiento proactivo o reactivo; el esquema de un pensador reactivo puede ser escaso de contingencias realistas y demasiado general para ser verdaderamente proactivo. El pensamiento reactivo es más apropiado para una gerencia día a día.
Proactivo en la vida real
Un pensador proactivo establece un presupuesto personal, aparta un poco para crisis y toma la iniciativa. En los negocios, es el que vigila a los empleados prospectivos para determinar quién se adaptaría mejor a la organización y es el que pregunta "qué tal si". Puede estar en desacuerdo con la gente de pensamiento reactivo: no ven tan adelante como él. Hay un elemento de riesgo en el pensamiento proactivo: las premisas y los escenarios pueden estar equivocados. El pensamiento proactivo no siempre funciona en situaciones de negocios cotidianas y es fácil quedar atrapado en un plan mientras se ignora lo que verdaderamente está sucediendo.
Volviéndose proactivo
Un pensador reactivo puede necesitar reinventar su estilo de gerencia personal si desea convertirse en más proactivo. Necesitará dedicar más esfuerzo a ver consecuencias potenciales de un plan y maneras de confrontar estos asuntos a medida que surjan. A veces ésto significa desconectarse de un plan y verlo desde diferentes perspectivas. Sin embargo, toma tiempo pensar de modo proactivo y un pensador proactivo puede tener dificultades al convencer a colegas que necesitan una causa concreta para moverse.