La cultura organizacional y los efectos negativos

La cultura organizacional puede incrementar la eficiencia dado que todos los empleados conocen las prácticas estándares para completar las diferentes tareas. Los empleados son entrenados en la filosofía corporativa, que se puede arraigar profundamente en todos los empleados. Las organizaciones más exitosas frecuentemente tienen una cultura corporativa dominante que los empleados deben seguir muy de cerca.

La cultura organizacional puede dar como resultado el pensamiento grupal. La cultura puede ser tan dominante que los empleados y los empleadores diferentes pueden descartar buenas ideas que parecen ir en contra de la cultura organizacional. Las compañías que no tienen una cultura abierta y flexible se pueden encontrar perdiendo un enfoque competitivo debido a que no se adaptan a los cambios del mercado.

La cultura organizacional puede hacer difícil para los empleados de una organización realizar negocios con otras organizaciones. Este hecho puede tener un impacto en los empleados incluso después de dejar la compañía. El empleado podría tratar de imponer la vieja cultura en un nuevo ambiente y como resultado tener la imagen de un extraño sin disposición a adaptarse.

La cultura organizacional incluso puede filtrarse a la vida personal del empleado. Si es muy fuerte y agresiva, como es el caso en muchas casas de inversión de velocidad rápida, esa cultura podría tener un impacto con la forma en que el empleado interactúa con su familia. Podría esperar el mismo estilo rápido en casa y extender esa presión a su familia.

Tristemente, algunas personas que se vuelven parte de una cultura organizacional por demasiado tiempo pueden comenzar a perder sus propias identidades. El empleado sólo puede hablar sobre su trabajo y éste comienza a ser el centro de su universo. Después de un tiempo, quizá ni siquiera se dé cuenta que ha perdido mucha de su personalidad fuera de su empleo.