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Cualidades específicas de un buen orador
Aunque no sea frecuente que hables frente a un grupo numeroso de personas, necesitas destrezas y habilidades para hablar en público. La capacidad de enfrentar exitosamente estas situaciones puede ayudarte para crear oportunidades de avance en tu carrera.
Por ejemplo, podría ser necesario que hables sobre tu organización en un seminario público. Tal vez agradecer por un premio recibido o dar una charla a nuevos empleados.
Hablar a una audiencia en línea, haciendo presentaciones de ventas a clientes o durante actividades de entrenamiento virtual, en algún momento requerirás estas capacidades de buen orador.
Estas cualidades específicas de un buen orador también son útiles en otras áreas de nuestra vida. Durante un discurso en la boda de un amigo, o un homenaje a un ser querido.
Tal vez una charla inspiradora para un grupo de voluntarios en un evento o tertulia, como las comunes reuniones de caridad.
En términos generales podemos decir que ser un buen orador en público es positivo. Puede aumentar tu reputación, incrementar tu autoestima e identidad individual y generar muchas oportunidades.
De igual forma escasas habilidades para comunicarte en público puede cerrar puertas y generar una mala imagen profesional.
Hablar en público no es un talento natural para todos. Muchas personas encuentran el concepto de hablar en público como algo absolutamente aterrador. Temen congelarse y olvidar qué decir o simplemente decir algo equivocado.
Siempre podrás beneficiarte de ser un buen orador, ya que es una habilidad necesaria para muchos puestos de trabajo. Es muy útil conocer técnicas para mejorar tus capacidades como orador, además saber las cualidades que necesitas.
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Estrategias para ser un buen orador
La buena noticia es que estas habilidades para la oratoria pueden desarrollarse. Aquí te contamos unas estrategias infalibles para que puedas mejorar tu desempeño como orador.
Planifica apropiadamente
El primer paso es hacer un plan de su discurso. Cuando estés desarrollando la estructura de tu discurso utiliza herramientas apropiadas.
Puede usar el “triángulo retórico”, las 7 C de la comunicación. El sitio de la Universidad tecnológica nacional en Argentina (UTNTYH) presenta el método TED para ejecutar presentaciones efectivas en grupo.
También la Universidad de Hawaii presenta un ejemplo de la aplicación de la técnica motivacional de Monroe.
Cuando haces esto piensa que desde el primer momento debes interesar y cautivar a tu audiencia.
Por ejemplo puedes iniciar con estadísticas y tablas, hechos y datos precisos, un titular o sucesos relacionados con el tema que tengan resonancia en tu audiencia. También puedes iniciar contando una historia que introduzca el argumento en el discurso.
La planificación también es muy útil para visualizar escenarios. Esto es importante para considerar preguntas posibles o intervenciones de último minuto.
Recuerda que es posible que surjan intervenciones en público inesperadas, por ello puedes tener en mente un esquema general para estas intervenciones.
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¡Práctica lo suficiente!
La práctica hace la perfección, nadie puede llegar a ser un orador competente sin practicar. Para lograrlo busca oportunidades de hablar frente a otros. Puede participar en actividades de entrenamiento con equipos de otros departamentos.
Si debes realizar una presentación creativa en público, debes iniciar la preparación con anticipación. De esta manera podrás practicar lo suficiente. Práctica muchas veces solo, usando los recursos que emplearás en el evento.
En la medida que ensayas, las palabras y las expresiones fluirán de forma natural. Debes prestar atención a tus gestos y la secuencia del tema.
Una vez que te sientas listo, realiza una práctica simulada frente a una audiencia pequeña: tu pareja, hijos, padres, amigos y hasta las mascotas.
Esto te ayudará a calmar tus nervios y te permitirá sentirte cómodo con el material que utilizarás.
La audiencia podrá ofrecerte retroalimentación respecto a tu desempeño y la calidad de tu material.
Conecta con la audiencia
Cuando hables a tu público, intenta conectar con tu audiencia, procura un discurso motivador.
Esto hace que no te sientas aislado y mantiene a los otros interesados en tu mensaje. Si el tema lo permite, formula preguntas dirigidas a grupos o personas.
Esta técnica propiciará que el público se involucre en la actividad, ofreciendo respuesta a las preguntas.
Recuerda que algunas palabras y tonos de voz reducen tu poder como orador.
Tus palabras deben ser motivadoras, más que imperativas o castigadoras. Las expresiones que incluyen "yo quiero" o "yo pienso" tienden a sentirse como autoritarias ¡no las utilices!
También debes prestar atención a la forma como hablas. Si tu tono es nervioso, es posible que hables rápidamente, aumentará la posibilidad que equivoques las palabras y afectes el significado.
Adicionalmente, el hablar muy rápido puede afectar la pronunciación. Y tal vez resulte difícil para tu audiencia comprender tu discurso. Haz pausas, oblígate a hablar despacio, respirando profundamente.
No temas hacer pausas, ellas son importantes en la conversación. Ayudan al oyente para que asimile tus palabras y permite que tu voz suene natural y auténtica.
Finalmente, evita leer tus notas palabra por palabra. En vez de eso, elabora una lista de puntos importantes en una ficha o memoriza un esquema con esos temas.
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Presta atención al lenguaje corporal
Tal vez no te des cuenta pero tu lenguaje corporal le trasmitirá a la audiencia señales de tu estado emocional. Si estás nervioso, o si no tienes credibilidad en tu discurso el público rápidamente lo notará.
Presta atención al lenguaje corporal: párate derecho, respira profundamente, abarca al público con tu mirada y sonríe. No asumas posturas o uses gestos que te hagan sentir incómodo o que sean poco naturales.
Muchas personas prefieren hablar detrás de un pódium cuando hacen sus presentaciones. El pódium es útil para colocar las notas, sin embargo, es algo anticuado y coloca una barrera entre el orador y su audiencia.
Un pódium puede servir de lugar seguro, detrás del cual esconderse de los muchos ojos que observan. Caminar alrededor del escenario y gesticular puede ser más efectivo para atrapar la atención de su público.
El movimiento y la energía que proporciona su voz, hará más activo y apasionado su discurso.
Piensa positivamente
Pensar positivamente puede hacer una gran diferencia para que su comunicación sea exitosa, pues te ayuda a sentirte más confiado. El miedo puede hacer que fácilmente caigas en un ciclo de negatividad.
Evita el auto saboteo. No use expresiones como: “No sirvo para esto”, “el hablar en público no es mi fuerte”, o cualquier otra que exprese incapacidad. Usa afirmaciones y visualizaciones para ganar confianza.
Es muy importante, especialmente antes de iniciar su presentación. Visualiza que logras una presentación exitosa e imagina cómo se sentirás culminado el momento.
Usa afirmaciones positivas como “Me agrada tener la oportunidad de ayudar a otros” o “lo haré muy bien”.
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Controla tus nervios
Cuando tenemos que hablar frente a otros imaginamos que ocurren cosas terribles. Aunque podría ocurrir, ¡serenidad! Pues rara vez sucede.
Pensamos que los nervios podrían hacer que olvidemos los puntos que queremos presentar. O tal vez nuestra presentación es tan mala que perderemos nuestro trabajo.
Estas cosas nunca ocurren, las construimos en nuestra mente y nos asustan. Logrando que iniciemos un círculo vicioso de temor y nervios. Para muchas personas su más grande temor es fallar al hablar en público.
El hablar en público puede despertar una reacción de “pelear o correr”. El miedo provoca que la adrenalina invada el torrente sanguíneo, el corazón se acelera, sudas y tu respiración se hace rápida.
Sin embargo, estos síntomas pueden ser anulados o por lo menos reducidos. El sitio Mindtools.com presenta el “modelo de la U invertida”. Describe como un poco de presión mejora el desempeño.
Cambiando tu mentalidad puedes usar esa energía nerviosa en tu provecho. En primer lugar, esfuérzate en detener esos pensamientos negativos, tu nerviosismo y tu miedo. Enfócate en tu público, estás hablando para ellos.
Recuerda que estás tratando de ayudarlo a mejorar su conocimiento en un tema específico. Tu mensaje es más importante que tu miedo. Concéntrate en lo que tu audiencia quiere y necesita, más que en tus emociones.
Si el tiempo lo permite, realiza ejercicios de respiración para bajar el ritmo de tu corazón. Así le darás a tu cuerpo el oxígeno que necesita.
Realiza respiraciones profundas desde tu vientre, debes sostener el aire algunos segundos y lo dejas salir lentamente. Una multitud es más intimidante que una persona, piensa que estás hablando sólo a una persona.
Si tu público es muy grande, enfócate en una cara amigable cada vez, y háblale como si fuera la única persona en el auditorio.
Estudia grabando tus conferencias
Siempre que sea posible graba tus presentaciones y discursos. Puedes mejorar dramáticamente tus habilidades como orador cuando te observas, y después trabajas en los aspectos mejorables.
Debes observar las expresiones que usas, las muletillas o repeticiones “ehh”, “mmm”, “esté”… o cualquier otra. Observa tu lenguaje corporal:
- ¿Te estás meciendo, o recostado sobre el pódium?
- ¿Te mantienes erguido de forma natural?
- ¿Estás mirando a tu público o miras al techo?
- ¿Sonríes con naturalidad?
- ¿Hablas con suficiente claridad siempre?
- ¿Tomas pausas o hablas sin parar?
Presta atención a tus gestos, ¿parecen naturales o forzados? Debes asegurarte que tu público pueda verte en todo momento, aun cuando estés parado detrás del pódium.
Finalmente, observa cómo manejaste las interrupciones, tal como un estornudo o una pregunta inesperada. ¿Qué expresión muestra tu cara? sorpresa, duda o aturdimiento.
Si no lo hiciste bien, practica para manejar mejor esas interrupciones la próxima vez.
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Cualidades que desarrollarás como orador
La práctica y la observación te permitirán desarrollar habilidades importantes para hacer tus discursos atractivos para el público.
Aquí te describimos las cualidades que necesitarás para ser un buen orador, las debes desarrollar con práctica y estudio.
Confianza
Un orador de excelencia, debe contar con una gran confianza en sí mismo y autoestima elevada. Para impresionar como orador, la persona tiene que parecer segura de sí misma y relajada incluso cuando esté nerviosa.
Un orador que da la impresión de estar tranquilo y en control, alentará al público para creer lo que dice. La confianza también se percibe en el desempeño vocal de una persona.
Un orador confiando, habla en un tono controlado, evita las pausas vocalizadas (como "umm") y utiliza una proyección vocal suficiente.
Pasión
La pasión es vital para hablar en público de forma eficaz. Para inyectar en su discurso vitalidad y energía, un buen orador necesita tener verdadera pasión por el tema que está discutiendo.
La pasión del orador evidente animará a todos los que escuchan a hacer lo posible para participar. También querrán obtener información sobre la causa específica.
Sinceridad
Para conectarse realmente con una audiencia, un orador eficaz muestra un aire auténtico de sinceridad en su discurso. Si un orador parece adulador, entonces todo lo que hará es hacer que los oyentes sientan que están siendo manipulados.
Un orador debe convencer a su público que le interesa lo que está diciendo y su efecto en los oyentes.
Buen humor
Para personalizar un discurso y hacerlo memorable, una inyección rápida de humor puede hacer que éste perdure. Por esta razón buen sentido del humor es fundamental para hablar en público.
Si un hablante utiliza ejemplos reales y anécdotas humorísticas para transmitir un mensaje. Explicando un concepto en detalle, será mucho más fácil para el público evaluar y recordar.
Un buen orador mantiene a la gente en estado de alerta al involucrarlos con ingenio y humor.
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Persuasión
Una de las capacidades más importantes que un buen orador puede tener es la persuasión.
Un orador debe influir en su público para que comprenda su versión de la situación. Se trata de expresar ideas con claridad y derribar argumentos para que la gente vea su punto de vista.
Curiosidad
La curiosidad intelectual es también un deber para cualquier buen orador. Un conferencista eficaz sabe que mayor conocimiento es una gran ventaja.
Estará mejor equipado estará para contestar a fondo y de manera satisfactoria las preguntas de sus oyentes.
Esta actividad requiere un proceso de aprendizaje que nunca termina. Para ser un verdadero orador la persona necesita aprender más cada día.
Estas personas necesitan estar constantemente en búsqueda de nueva información. Ya sea a través de clases, talleres o experiencias de vida.