Negocios
Cartas de oferta versus contratos de trabajo
Las cartas de oferta difieren de los contratos de trabajo de varias maneras, aunque por su propia naturaleza pueden causar confusión. Mientras que una carta de oferta se utiliza generalmente como un instrumento para comunicar a los empleados las condiciones de su salario, beneficios y responsabilidades, un contrato de trabajo es un acuerdo vinculante entre el empleador y el empleado. Muchos empresarios son reacios a dar contratos de trabajo por el temor de que estos invaliden la naturaleza "discrecional" del empleo. Las cartas de oferta suelen ser redactadas para evitar este problema.
Contratación "a voluntad"
Una contratación "a voluntad" significa que la contratación de un trabajador es sólo por el tiempo que ambos convengan. Esto permite a las empresas despedir a los empleados por cualquier razón legal, y a los empleados a renunciar a voluntad. La mayoría de los estados de Estados Unidos reconocen la contratación "a voluntad" y en algunos estados, esta es asumida por defecto y sólo puede ser modificada por el lenguaje especial dentro de un contrato.
Cartas de oferta
Una carta de oferta es una carta breve que a menudo indica la descripción de la tarea para la cual se ha contratado a un empleado, así como temas importantes como el salario, beneficios y responsabilidades. Por lo general, se envía esta carta a un nuevo empleado para confirmar lo que el empleador está ofreciendo. Sin embargo, las cartas de oferta que hacen referencia a "los salarios anuales" o "aguinaldos" pueden ser interpretadas por un empleado como una promesa de un período de empleo determinado, por ejemplo, "Vas a estar aquí por un año y recibir una cantidad X por tus servicios." Puesto que muchas empresas se muestran renuentes a contratar empleados durante un plazo determinado, y por lo tanto abandonan su capacidad para prescindir de ese empleado a voluntad, ese lenguaje en una carta de oferta puede llegar a convertirse en un motivo de discordia.
Contratos de trabajo
Un contrato de trabajo puede ser una herramienta muy útil para ambas partes. Autoriza al empleador a explicar específicamente lo que espera, así como la forma en que se determinan los beneficios, pago de vacaciones y aumentos salariales. También le ofrece a un empleado una prueba de lo que le ha prometido frente a los cambios futuros, como el traslado del gerente que lo contrató, o una falta de cumplimiento del acuerdo por parte del empleador. Si hay un desacuerdo entre el empleador y el empleado, un contrato puede evitar litigios y hacer que el conflicto sea un asunto mucho más simple de derecho contractual. Muchos empleadores en los Estados Unidos evitan los contratos de trabajo, debido a la idea errónea de que niegan la naturaleza "discrecional" del empleo. Sin embargo, este no es el caso si los términos del contrato establecen específicamente que el plazo del empleo es "a voluntad".
Comparación
Las cartas de oferta pueden ser mal interpretadas como contratos por el lenguaje que utilizan, o por el requerimiento del empleador de que el empleado firme la carta de oferta y la devuelva. Sin embargo, una carta de oferta crea, hasta cierto punto, un acuerdo entre el empleador y el empleado. Ésta debe prometer sólo lo que directamente afirma. Algunas cartas de oferta son inespecíficas y el lenguaje puede ser visto como un acuerdo implícito. Un contrato de trabajo es a menudo mucho más específico, indicando los términos exactos entre el empleado y el empleador, porque debido a esta especificidad, un contrato que establece la naturaleza "discrecional" del empleo es menos abierto a la interpretación.