Beneficio neto vs beneficio operativo

El beneficio operativo es el importe de la ganancia o pérdida obtenida de las operaciones principales de la empresa. El beneficio neto, por su parte, es el resultado final; la cantidad de dinero que los accionistas han hecho al final de un período operativo después de que todas las partes, como el recaudador de impuestos y los acreedores, hayan sido totalmente pagados.

El beneficio operativo se calcula restando todos los gastos operativos de los ingresos. Los gastos operativos incluyen: el costo de ventas, gastos generales, gastos de gestión, ventas, gastos de promoción y publicidad, el dinero pagado a los extranjeros debido a cosas tales como las tasas de compra de patentes, derechos de consultoría y contratos de empleo temporal y de investigación y los gastos de desarrollo. El monto del beneficio operativo generado da una buena idea de lo bien que la empresa lleva a cabo su función básica. Un beneficio operativo de un fabricante de automóviles, por ejemplo, te permitirá evaluar si la compañía puede fabricar y vender vehículos de calidad a un precio competitivo.

Una de las razones de las diferencias entre la utilidad operativa y la utilidad neta es la exclusión de las partidas extraordinarias también conocidas como los gastos no recurrentes y los gastos. Tales artículos incluyen todas las transacciones que no se esperan que sean recurrentes y no están dentro de los límites de las actividades principales de la empresa. La venta de un gran edificio, donde se ubicaba la sede de un fabricante de automóviles, puede generar ingresos inmensos, por ejemplo. Tal beneficio no está incluido en la utilidad operativa ya que es probable que no vuelva a ocurrir en el corto plazo y, por lo tanto, engañará a los inversores, así como la gestión acerca de las verdaderas ganancias potenciales a largo plazo de la empresa.

La cifra de beneficio neto se calcula sumando las ganancias extraordinarias, restando los gastos por intereses y restando los impuestos devengados a partir de la utilidad operativa. Si las operaciones extraordinarias se han traducido en una ganancia neta, esta cifra debe sumarse a la utilidad bruta; si estas operaciones dieron lugar a una pérdida neta, la cantidad deberá restarse. Los gastos financieros y los impuestos son siempre restados. Es importante, sin embargo, dar cuenta de los intereses devengados y los pasivos por impuestos, a diferencia de los diseños reales en efectivo. Por ejemplo, si el pago del interés de un bono se vence antes de que finalice el año, pero el pago real en efectivo se producirá en los primeros días del próximo año, el gasto corresponde al año que acaba de terminar.

Lo que verdaderamente importa a los accionistas es la cifra de ingresos netos porque esto es lo que queda para ser distribuido a los propietarios de la empresa después de que todos los gastos hayan sido atendidos. El margen de explotación, por otra parte, puede proporcionar una mejor idea sobre el verdadero potencial a largo plazo de la empresa. En general, las partidas extraordinarias y gastos de interés pueden ser manejados con mayor facilidad que una cartera de productos que no son competitivos. Los pasivos fiscales, también, en gran medida, dependen de decisiones financieras estratégicas de la empresa. Por lo tanto, los inversionistas suelen analizar el margen de operación para tener una mejor idea de lo bien que la empresa lleva a cabo sus funciones básicas y cómo es competitiva en el mercado.